Quadrat D'or - Barcelona
Entre la segunda mitad del siglo xix y las primeras décadas del xx se
expande en europa el movimiento artístico modernista. Su impacto mayor, a pesar
de que podamos encontrar expresiones en escultura o en pintura, se centra en el
ámbito arquitectónico.
Mientras españa lamentaba la pérdida de las últimas colonias y debía
afrontar sus poco competitivas circunstancias a nivel económico europeo (poco
desarrollo industrial, dependencia naviera para el comercio internacional,
instituciones poco funcionales a los cambios sociales y también económicos de
la época), catalunya creció notablemente a partir de su capacidad de
exportación agrícola y de su producción textil.
Este crecimiento dio lugar a la necesidad de construir y urbanizar
abundantemente: desde edificios culturales hasta fábricas. En este período
debemos situar la exposición universal de barcelona de 1888 y la muerte de
gaudí en 1926 como años a lo largo de los cuales se diseñaron y construyeron en
la ciudad condal numerosos edificios que, además, innovaron muchísimo en el
diseño de sus exteriores tanto como en el de sus interiores.
Entre la calle aribau y el passeig de sant joan y la ronda sant pere,
universitat y la avinguda diagonal, un “cuadrado” dentro del cual queda el
passeig de gràcia, encontramos la mayor evidencia de la creación arquitectónica
modernista en barcelona. Arquitectos como antonio gaudí, puig i cadafalch, y
lluís domènech i montaner crearon y construyeron entre estas calles los
edificios modernistas de la casa batlló, la casa amatller, la casa milà y la
casa de les punxes entre otras.
El “quadrat d’or” es la concentración arquitectónica del modernismo catalán
más importante, a pesar de que en toda catalunya encontramos expresiones del
movimiento. Coincide, en el caso de barcelona, con la eclosión urbanística que
supuso destruir las murallas romanas y abrir el eixample y con el movimiento
social y económico de apertura que esto supuso. Las familias burguesas de la
época se trasladaron hacia el nuevo barrio e invirtieron en encargar a los
arquitectos de vanguardia sus viviendas. Una de las finalidades de estos
encargos era, precisamente, ostentar lujo, originalidad o incluso extravagancia
para demostrarse, entre ellas, las familias, mayor poder económico, y respecto
a grupos tradicionales de poder, la emergencia de su grupo social: la
burguesía.
Todo este proceso de cambio económico y social, con repercusiones
políticas, coincidió entonces con el desarrollo del modernismo a nivel
cultural, lo que hizo funcionales a este grupo de arquitectos dispuestos a
innovar con la cerámica como elemento de construcción exterior, las vidrieras
como elemento ahora secular, el hierro forjado, abriendo ventanales con formas
de seres vivos y todo aquello que hoy contemplamos como un gran espectáculo de
expresión artística en espacios tan, hasta aquel momento, poco ostentosos: las
viviendas.
Los edificios construidos por los arquitectos modernistas dentro del
quadrat d’or son hoy una exposición cultural y turística fundamental en la
ciudad de barcelona: la casa milà o pedrera y la casa batlló, ambas en el
passeig de gràcia y del arquitecto gaudí, concentran el interés de cientos de
turistas cada día.
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